La política no es para señoritas

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La política es dura, nunca se juega limpio, y eso ha sucedido desde que el hombre se organizó en las polis (ciudades), ya lo decía Aristóteles casi 400 A.C.: “El hombre es un animal político”.

Uno de mis libros favoritos, “AFRICANUS EL HIJO DEL CÓNSUL” de Santiago Posteguillo, cuenta una historia 230 A.C., sobre el pintado de paredes en forma anónima para atacar a los rivales políticos, en esos tiempos no existían las redes sociales por supuesto.

Meterse en la política es meterse en camisa de once varas, es exponerse a mil cosas, a ser catalogado de ladrón o futuro ladrón para abajo, por eso quienes desean participar en política deben saber las consecuencias de sus actos y que van a entrar a un mundo de guerra sucia, en donde no hay buenos o malos, todos son iguales.

Incluso tus enemigos pueden estar dentro de tus supuestos amigos, los cuales te ponen mil obstáculos para que no ganes, la envidia está presente en cada acto que hagas; de eso he visto bastante en mi vida.

Así que, si no te gusta esta situación, para que te metes en la política, para estar quejándote, o estar llorando.

Yo a las personas que van a ingresar a la política, lo primero que les aconsejo es pensarlo bien, reflexionar, preguntarle si van a tener estomago para resistir los ataques y agravios. Como segundo punto les aconsejo que hablen con su familia y les hablen de las cosas que se vendrán en el futuro.

No estoy justificando esto, pero es la realidad, una realidad que ya tiene más de 4,000 años.