Winston Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”
Existe una casta de políticos, que será muy difícil sacar del poder, que tienen todas las de ganar en las próximas elecciones municipales y regionales, que será muy difícil que den un paso al costado, para que ingrese una nueva generación de políticos preparados y bien intencionados, ya que estos tienen todas las herramientas para perpetuarse en el poder; en vista de que estos políticos tradicionales, han encontrado un bastión y un modo de sobrevivir en los programas asistenciales, llamados sociales, que los gobiernos de turno sucesivamente han implementado, entregados bienes, alimentos, dinero, y otros a las personas de pobreza y extrema pobreza, los cuales en su sencillez y desconocimiento reciben estos apoyos, creyendo que son otorgado por la generosidad de los políticos que administran los programas sociales, ignorando que estos subsidios son pagados mediante los impuestos que todos los peruanos cancelamos en las diversas actividades que desarrollamos; lo cual en mi opinión constituye una tremenda injusticia y un obstáculo a la libre competencia política, que a la larga desanima a los ciudadanos a participar en política, continuando nuestra ciudad y región en las actuales condiciones deplorables en que nos encontramos; la ineficacia ha encontrado su máximo esplendor en la baja ejecución del presupuesto el año pasado, que en promedio se estima han ejecutado solo el 50% del mismo, a nivel regional.
Este tipo de políticos que solo tienen experiencia en regalar alimentos, cocinas y otros, en los programas del vaso de leche y por que no decirlo de los comedores populares, no precisamente de su bolsillo; entregándolos a personas de bajos recursos; creyendo que por haber desarrollado esta labor, pueden aspirar a manejar los destinos de nuestra región, sin dejar de mencionar su absoluta inexperiencia en otros temas públicos de vital importancia para realizar una buena gestión. A diario se escuchan comentarios de estos funcionarios que aspiran a cargos públicos, los cuales muy sueltos de huesos y sin ningún pudor no dudan en mencionar sus aspiraciones políticas, sin dejar de lado el sueldo y las ventajas que su cargo le da, en desventaja de los demás participantes en la vida política.
Estos programas asistenciales, son caldo de cultivo de la corrupción, ya que se estima de acuerdo a estudios realizados que a nivel nacional, mas del 50% de los recursos no llegan a los verdaderos usuarios de los diversos programas sociales, fuera de que se genera un enorme gasto administrativo para pagar sueldos y salarios de una frondosa burocracia que lucra de estos programas. El diario El Comercio denunciaba, que por lo menos un millón de personas se beneficiaba ilegal e injustamente con el Vaso de Leche, el más antiguo de los programas sociales gubernamentales, pero que sirve de propagando electoral a los alcaldes de turno; por otra parte el Diario Perú 21, señalaba “en los últimos dos años, el Gobierno le ha dado prioridad al tema asistencialista, dejando de lado los proyectos que impulsan la obtención de sus propios recursos. Lo negativo de este tipo de apoyo es que se genera una dependencia del beneficiario con el sistema, que le produce la falsa sensación de haber superado la pobreza. El asistencialismo, genera un círculo vicioso con el clientelaje político, siendo poco conveniente para el desarrollo del país, convirtiéndose en un simple paliativo”.
La Fiscalia, La defensoría del Pueblo y el mismo Jurado Nacional de Elecciones, debe jugar un papel muy importante en las futuras elecciones, para verificar que los bienes públicos sean entregados sin que exista el aprovechamiento político, ya que los candidatos que no cuentan con estas facilidades tendrán que participar en clara desventaja, lo cual no esta acorde con la constitución y las leyes.
A futuro se debería legislar para que los funcionarios que administran los programas asistenciales y sociales, no puedan participar en los próximos procesos municipales, regionales y de otra índole de carácter político, por las condiciones ventajosas que sus cargos les otorga en detrimento de otros ciudadanos.
Es bueno finalizar con algunos conceptos: El asistencialismo, es la deformación de la asistencia. El asistencialismo crea una clara situación de dependencia del individuo o grupos que lo reciben, que no promueve la dignidad, el desarrollo de proyectos, etc. (enciclopedia wikipedia).
Jhonier Cardona: “El asistencialismo fomenta el clientelismo donde las personas son dependientes de los agentes políticos que lo promueven, negándoles la posibilidad de ser individuos libres que asuman la responsabilidad de su propia Vida”.