Llevamos los peruanos más de 2 décadas en esta lucha que desangra al país, causando honda división y odio entre los peruanos, desangrando al país, llevándonos a la ruina social y económica.
El FUJIMORISMO:
Reconozco que en algún momento estuve en el lado del anti fujimorismo, pero eso sucedió cuando gobernaba Alberto Fujimori, con una aprobación superior al 60%.
Es justo reconocer que Alberto Fujimori, hizo cosas importantes para el país, como vencer al terrorismo, ordenar y sanear la economía, (lo que permite ahora a Vizcarra contar con enormes recursos para dar bonos); modernizar parte del aparato público, etc.
Pero también cometió serios y graves errores, como destruir a los partidos políticos, prostituir a gran parte de la prensa, (costumbre que han repetido posteriores gobernantes, mientras él lo hacía con Vladimiro Montesinos entregando fajos de billetes, ahora se les da “publicidad”) , permitir la corrupción en su gobierno, especialmente a su sombrío asesor Montesinos, que corrompió gran parte de las instituciones como Ministerio Público, Poder Judicial, Congreso, etc., violar la libertad de prensa, permitir la prensa chicha, y no castigar los horrendos crímenes como el del grupo Colina, entre otras atrocidades.
Con Keiko, gran parte del país creyó en ella, que sería diferente, mas democráticas, más tolerante, pero resultó un fiasco, apenas tuvo poder con una mayoría aplastante en el Congreso, quiso gobernar por su cuenta, y no paró hasta destruir al gobierno de PPK, y parir a un gobernante ineficiente como Vizcarra.
En su loca lucha por destruir a sus rivales políticos, Keiko y sus asesores, se auto destruyeron, encontrándose actualmente a punto de ser parte de los partidos menores de país.
Es tiempo que el fujimorismo DESAPARESCA, que los hijos de Alberto Fujimori, se retiren de la política, y si quieren formen otro partido con sus ideales.
El ANTI FUJIMORISMO
Tan nefasto como el mismo fujimorismo, en su lucha por destruir al fujimorismo, han llevado al país a una situación de división, inyectado a diario odio, no solo contra los fujimoristas, si no por aquellos que se mantienen neutrales, o son imparciales; como si hubieran bandos de buenos y malos, olvidándose que todos somos peruanos.
No han dudado en apoyar a cualquier gobernante para oponerse al Fujimorismo, como Toledo, Humala, PPK y ahora con Vizcarra, en el camino, se han ido corrompiendo y abusando del poder tanto como lo hicieron los fujimoristas, viven muchos de sus dirigentes del estado, como funcionarios, asesores, o como consultores, costándole miles de millones al país, con el pretexto de la lucha contra el fujimorismo.
En el camino se han apoderado de algunas instituciones públicas, como el Ministerio Público, Poder Judicial Tribunal Constitucional, Junta Nacional de Justicia, pararte que han tenido en sus manos varios ministerios y paro de contar. Esto ha quedado demostrado con la difusión de los últimos Vizcarra-audios. A pesar de que nunca han ganado una elección esta gente de izquierda-caviar, se alista para subirse al carro del próximo gobierno para cual garrapata seguir succionando la sangre de su víctima, el estado peruano.
Ahora cuentan con el apoyo de gran parte de la prensa, prácticamente el monopolio y los imperios de la prensa del país, está en sus manos, es decir los grupos La República y El Comercio.
No han dudado en recibir dinero mal habido como el de Odebrecht y del club de la Construcción, para con ese pretexto enriquecer sus arcas.
Meche Aráoz, hace poco en una entrevista, ha reconocido que Vizcarra vislumbro este grave problema para el país, y quiso acabar tanto con el fujimorismo, como con el anti fujimorismo, encarnado en Cateriano, pero al final ha terminado de rehén de los caviares. Desgraciadamente gran parte del pueblo peruano toma parte por ambos bandos, generando división entre compatriotas.
Terminado el fujimorismo, creo que no existiría pretexto, para que sigan subsistiendo, estas alimañas, aunque no dudaran de buscar pretextos para inventar nuevos enemigos, que divida al pueblo peruano, para seguir gozando del dinero público. Los peruanos no podemos seguir divididos, ni dejándonos llevar por el odio y las bajas pasiones.